Yota Anagnostu: Remedios extremos para hacer frente a los lacrimógenos

 

Yota Anagnostu

 

Remedios extremos para hacer frente a los lacrimógenos


IEL. El órgano más grande en extensión del cuerpo. Órgano sensorial.

        Cuatro millones de receptores sensoriales. ¡Imagínate!

        Cada vez que te acercabas a mí cuatro millones de receptores sensoriales te tendían una alfombra para pisarme. Cuatro millones como de comité de bienvenida tenía yo para tu acercamiento.

        De los cuatro millones tuyos, dime ¿cuántos? ¿Cuántos me aguardaban a mí? ¿Cuántos en las mejillas? ¿Cuántos en los labios? ¿Cuántos en los brazos? ¿Cuántos en los dedos? ¿Cuántos en el vientre? ¿Cuántos en la espalda? En las rodillas, ¿cuántos?

        Ponte a contar tus receptores, uno por uno. Haz el recuento tú solito.

        Yo los tengo contados los míos. Uno por uno. Cuatro millones. Un pequeño estado, ¡imagínate!, que te reconocía solamente a ti. Nada más. ¿Qué frío ni qué calor? ¿Qué sol ni qué lluvia? Nada. Sumisión absoluta.

        Tenía que reaccionar. Ni de broma iba yo a permitir que la piel me dominara. Y resolví el problema. Me la desgarré centímetro a centímetro. Me desollé. Después la metí en una caja y la até con una cinta roja. La tiré al fondo del desván, allí donde he amontonado todos los trastos, disfraces de carnaval, unas figuras de Karaguiosis y partituras de músicas que ya no escucho.

        Ahora no siento nada.

      Aniquilé cuatro millones de receptores sensoriales. Un pequeño estado.

        No siento nada.

        Ni siquiera las lágrimas que ruedan de los ojos. Una para cada uno de ellos, y todas juntas para ti.

        Glándulas lacrimógenas. Se ubican en el borde externo del ojo. Producen el líquido con el que las pestañas cubren de tanto en tanto los ojos. El líquido fluye por un pequeño conducto. Cualquiera puede ver su abertura (un agujero pequeñito); basta con tirar, suavemente, del borde interior del ojo hacia fuera.

        Glándulas lacrimógenas, pues.

        Te las quitas y te libras también de las lágrimas.

        Y si no funciona, en el peor de los casos me arranco los ojos. Tengo espacio aún en el desván.



Fuente: Planodion Bonsái, 20 de enero de 2021.

Yota Anagnostu nació en Atenas. Estudió Derecho y trabaja como abogada.

Traducción colectiva de equipo Proyecto GreQuerías. Revisión: Eduardo Lucena y Konstantinos Paleologos.